El camino de Darío Cvitanich

Figura de la quinta fecha, el delantero albiverde de 24 años albergó buenas y malas a lo largo de su carrera. El nacido en Baradero fue dejado en novena división por River, y pasó a las filas del taladro donde comenzó su camino a la primera división. Debutó con el gordo Garisto en el 2002 cuando Banfield peleaba por no jugar la promoción. Vivió la etapa dorada del taladro cuando el equipo alcanzó la clasificación a las copas, los cuartos de la Libertadores y el subcampeonato en el torneo local, pero siempre en un segundo plano ya que no era muy tenido en cuenta por Falcioni.

El delantero no encontraba el nivel que había insinuado en las divisiones inferiores, e inclusive se rumoreaba que iba a ser cedido a préstamo a un club de la B Nacional. Con la llegada del Gato Leeb, las ilusiones se renovaron para Darío que igualmente corría desde atrás. Lujambio y Sand eran los titulares, mientras que Cvita y Franco Mendoza (hoy en Huracán) eran los primeros relevos. Poquitas chances tuvo Darío de demostrar su nivel durante esa temporada 05/06, donde fue titular entre partidos en el recordado 4 a 1 frente a River, tarde excepcional de Lujambio y renuncia de Astrada. Justamente, el auge de Darío y su consolidación en primera división dentro del equipo titular coincidió con la peor etapa de Banfield desde que regresó a la "A" en el 2001.
Tras la conflictiva salida de Leeb, incluidas largas peleas con Portell, Wensell se hizo cargo del plantel profesional y fue allí, en ese interinato donde Darío tomó confianza: marcó los dos tantos del taladro cuando venció a Quilmes en el mini clásico sureño.

Sin embargo, el atacante volvió a ser suplente con la llegada de Patricio Hernandez, pero tras la escandalosa derrota frente a Boca por 4 a 0, la titularidad de Darío era inminente. Dentro del flojísimo desempeño del equipo, Cvita siguió tomando protagonismo al marcarle a Lanus y Central por el torneo local. En la Copa se destacó contra América en el Florencio Sola con una corrida interminable que terminó en el fondo de la red. Su consolidación final como eje y pieza clave del taladro se produjo en el interinato de Sanchez y Lisi. Ya con Llop, Darío fue mirado desde el exterior y actualmente es observado por Boca, aunque seguramente le llegarán ofertas jugosas de Europa. No es una promesa, es una realidad; gran cabeceador, potente, veloz y eficaz, el jugador de Baradero inclusive estuvo en la mira de la selección croata tras aquella goleada ante Newells 4 a 0 (Darío anotó 3 goles). Ojala su evolución no se estanque.

 

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