Fútbol y otras cuestiones


La violencia está latente en cada una de las canchas del fútbol argentino, recorren cada liga: desde las más amateur (D) hasta las competitivas. Pero, por qué se da esto? Cual es motivo que incentiva dicha disputa? Como podemos combatirla y eliminarla de nuestro fútbol?

Bueno, las respuestas no son pocas, no son simples ni definitivas.

En principio debemos destacar el marco, el contexto que sufre el país a nivel político y social. Sí, es cierto, estamos enderezándonos de la crisis del 2001, hemos mejorado mucho el nivel de empleo y de educación, pero aún estamos muy abajo.

Entonces, sucede que el malestar generado por el nivel de la vida de cada persona que va al estadio, se traduce en insultos, abucheos y agresiones ante el más mínimo infortunio.

Algunos dirán, muchos más simplistas, que la violencia es generada por el periodismo y los malos arbitrajes, pero en un tema tan complejo como es este, autoridades futboleras y el poder de la opinión tienen poca transcendencia en la disyuntiva planteada. Es decir, recaer sobre personas puntuales ante semejante dilema y problema, es muy básico, sin duda, esto es un inconveniente mucho más profundo e insondable.

Nadie puede hacerse el distraído. Políticos, dirigentes, jugadores, entrenadores, periodistas e hinchas son culpables primarios, pero acaso: ellos no se engloban dentro de un panorama de desaliento y miserias, de corrupción y negocios turbios de la sociedad?

Si vamos puntualmente a la violencia en el fútbol, y buscamos ejemplos, nos daremos cuenta que todo empieza con la participación de dirigentes y Barrasbravas, pero insisto, esto es mucho más profundo. El fútbol vive como vive el país, como vive la sociedad, como se desarrolla el día a día, por ello hay que modificar varias cosas. Replantear cada uno sus errores, y tratar de construir otra idea de política, obrando con buena fe, sin lucrar, porque a fin de cuentas los clubes son organizaciones sin fines de lucro.

Con esto, dudo que alcanze para controlar esta seria problemática ya que no sólo los barras generan violencia, sino que también involucran o no al otro hincha, que ve en el partido del domingo la chance de desquitar las malas vibras del trabajo y la semana

Las soluciones? Aún es muy difícil dilusitar esto. Se ha probado con la quita de puntos, algo que nunca fue tolerado por el hincha genuino, aquel que va a ver mucho más tranquilo el partido. Obvio, con mucha pasión y sentimiento, pero donde todo queda ahí: en un queja, en un fastidio y enojo, pero nada más. Además, esta medida siempre tiene como contra-argumento el hecho de que no se castigue con las misma vara a equipos chicos y grandes. Y es real.

Quitar parcialidades visitantes, otra de las rápidas salidas de Grondona. No admite defensa, es absurdo. Lo único que se gana es privar al hincha sanguíneo y bien intencionado, y beneficiar a las barrabravas.

En fin, no hay alternativas puras y evidentes, quedará en cada uno saber si el fútbol genera por sí mismo violencia, o si es un problema cultural, de idioscincracia argentina. Si a esto último acuerda, paciencia, todavía hay mucho camino por corregir, mucha sangre queda aún por derramar, lamentablemente.

 

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