El momento de Zelaya

El arranque de los pibes canallas es fenomenal, inusitado. Ni el propio Cuffaro Russo tenía en los planes tal comienzo, acorde al de un equipo con aspiraciones mayores. En este marco, uno de los estandartes del éxito es Emilio Zelaya, un chico ya no tan chico que se apropió definitivamente de la titularidad. El puesto de delantero en el cuadro rosarino ha sido difícil de cubrir, con más fiascos que gratificaciones. Incluso el propio Zelaya debió masticar bronca en el banco durante el ciclo de Alfaro donde allí Milton Caraglio se ubicó solito en zona de ataque. Se había desatado una guerra interna feroz para ocupar ese cupo: Caraglio corría con ventaja pero se lesionó y Vizcarra fue a probar suerte a Gimnasia. El camino le quedó allanado al cachi y esta vez no lo desaprovechó. Junto a Castillejos complican a cualquier defensa. Se mueven complementariamente, con astucia y compañerismo. No pecan innecesariamente de individualismo, ahí redunda la notoriedad de la dupla.

 

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