Tiempos violentos


En Buenos Aires, en Tucumán y en Rosario. Los violentos volvieron a decir presente en los estadios. Según las primeras estimaciones, los incidentes dejaron un saldo de más de 40 personas heridas y por lo menos un centenar de detenidos. El fin de semana negro se produjo en medio de un clima enrarecido, originado por los viajes al Mundial que regalarán sectores ligados al kirchnerismo.

Los beneficiarios son los barras de los clubes de Primera y del ascenso enrolados en la agrupación Hinchadas Unidas Argentinas. Supuestamente, los pasajes, las estadías y las entradas que se les entregarán son un premio por el buen comportamiento que tuvieron en las canchas. Pero las hinchadas de Central, Huracán y Chacarita pertenecen al polémico grupo y fueron protagonistas de los incidentes que se registraron durante las últimas horas.

El accionar de los violentos es llamativo por donde se lo mire. Mientras la televisión pública difundía el miniconcierto de una orquesta de adolescentes, las calles de Rosario eran un campo de batalla. La hinchada de Central se enfrentó con la Policía, con la barra de Newell's y se dio tiempo para dirimir las diferencias internas en un estacionamiento.

El sábado, los hinchas de Huracán exhibieron impunemente una bandera de San Lorenzo y se desató el caos. A los hinchas del "ciclón" no les importó y, como si se tratara de una horda de bárbaros, intentaron recuperarla. La Policía no sólo los frenó, sino que recuperó el trapo y detuvo a sus portadores. La Justicia actuó en el acto: ordenó una investigación y suspendió hasta nuevo aviso el estadio "Tomás A. Ducó".

En el Monumental de 25 de Mayo y Chile, en medio de la hinchada de Chacarita apareció una bandera con la que se identifica una facción de la hinchada de San Martín. Los "decanos" no se quedaron atrás y sacaron a la luz un trapo confeccionado con banderas robadas a los fanáticos de La Ciudadela. La tensión fue en aumento hasta que ambas parcialidades se arrojaron piedras y otros proyectiles. En Tucumán la Policía no secuestró las banderas, que desaparecieron misteriosamente cuando Saúl Laverni suspendió durante tres minutos el partido. En estas tierras la Justicia tampoco actuó. Así será difícil que algo cambie.




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Texto: La Gaceta
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