El 4 de septiembre del 2000, un domingo después de la muerte de su padre, Banfield le ganó a Chicago 6 a 1. Garrafa hizo un gol y la mitad de los otros cinco, festejó dentro del arco mirando el cielo: "Me sacaron amarilla, pero yo estaba festejando el gol con mi papá. En Banfield te tratan bien, antes tenía que pelear para cobrar, hacía cartas documento, salía en los diarios y al final me pagaban porque no me querían dejar libre"
En la temporada 2000-2001 logró el sueño de jugar en Primera con Banfield. Fue clave en las finales por el ascenso, y como premio se regaló un Mercedes Benz Clase A. "Nunca más en moto. Ahora en autito y con cinturón de seguridad", dijo aquella vez, pero volvió a montarse sobre dos ruedas.
Bajo la dirección de Facioni se consagró como creador de Banfield donde cumplio sus mejores actuaciones, y se ganó con creces el cariño de la gente del "taladro"
"Garrafa Sánchez es el símbolo del fútbol", sentenció el genial Alejandro Dolina, y tal vez no estaba errado en su definición porque José Luis Sánchez tenía una forma de ver el deporte de manera particular, que seguro quedará en el recuerdo.
Sobre una moto, "Garrafa" hizo su última pirueta, le salió mal. La pelota seguramente está triste, como todo el fútbol argentino. Hinchas de Laferrere y Banfield despidieron muy tristes el cuerpo de “garrafa”. Gracias por tantas alegrías. D10S