Dos de las últimas tres presentaciones del taladro en su estadio habían sido con resultados exorbitantes (3-3 frente a Tigre y 3-2 ante el bicho). Y esta no fue la excepción.
Franzoia tras múltiples errores defensivos adelantó al bicho ni bien había arrancado el cotejo. Huracán estaba jugando muy bien, y parecía más cerca del segundo cuando Villarreal corajeó una pelota en el vértice derecho y se la cedió a Barrales para que definiera al gol en el primer palo.
El gol impensado le dio un gran envión anímico al local, que se puso al frente tras una gran definición de Pavlovich luego de la cesión de Barrales. Inclusive, el taladro pudo haberse ido con otro golcito al descanso sino fuera por las dudas para definir.
Si el primer tiempo había sido muy bueno, lo que sucedió a partir de allí fue no apto para cardíacos.
En el peor momento del globo, apareció Nieto de cabeza e igualó las cosas. Algo que se ajustaba a lo sucedido. Pero nuevamente el factor anímico repercutiría sobre los jugadores, ya que Banfield quedó totalmente inválido e inexpresivo durante 20 minutos, donde el quemero contó con varias chances de gol; por ejemplo, un mano a mano de Franzoia, otro taco del ex Boca bien controlado por Lucchetti y un remate de Barrientos que controló el laucha, ya una de las figuras del encuentro.
Pero en un avance esporádico del taladro, Villarreal encaró por el medio, y llevándose todos los rebotes, le dio fuerte al medio ante un desprotegido Barovero. Era el 3 a 2, y quedaba aún más.
Gran jugada de Civelli por la izquierda y puntazo a contrarreloj de Barrales para el 4 a 2. Sin embargo, el globo con otra pelota parada se pondría 3-4 gracias a Paolo Goltz.
La última, y para el ataque cardíaco de los hinchas de Banfield, fue bien despejada por la defensa albiverde.
Final, ganó Banfield, se recuperó y Huracán perdió una buena chance para sumar de a tres de visitante