Con un gol que debió haber sido anulado por mano de Chavez, Boca pudo doblegar a Racing.
Navia puso arriba a los dirigidos por Llop, que desarrollaron un interesante juego en la primera mitad, aprovechándose de la juventud e inexperiencia de este Boca muletto.
Pero con el afán de asegurar aquel gol del chileno, y las inseguridades a la hora de defender, el cuadro de Avellaneda se retrasó notoriamente en el campo. Y el local, con paciencia lo fue dominando.
Paletta tras una grosera mano de Chavez empató, y sobre la hora el pibe Noir, recién nuevito en la primera división estampó el 2 a 1.
La academia parece resignada, le cuesta mucho ganar y hasta ritmo es difícil pensar en un Racing salvándose de todo.