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Los equipos del Sur lograron ganar sus sendos encuentros ante Olimpo y San Martín.

El taladro estiró su racha de partidos como local mostrando un juego muy vistoso en el primer tiempo. Civelli adelantó al albiverde, pero en una de las pocas que tuvo, Lujambio empató transitoriamente. Era injusto ya que el local había eximido más agresividad y juego asociado. Por eso, el gol de Barrales sobre el final de esa primera parte, dejaba las cosas en su lugar.

En la etapa complementaria, el bahiense, con sus limitaciones, atacó y sorprendió a un Banfield que pareció moribundo.

Mala imagen del local en el epilogue del partido, desbordado por un complicado Olimpo, a fuerza de empuje y apostando a la velocidad de Gonzalez o a la eficacia de Ulloa. Por lo hecho en el primer tiempo fue justo el triunfo banfileño.

El granate, por su parte, visitaba al siempre difícil San Martín sanjuanino, que abrió el marcador con su joyita: Martín Bravo. El delantero fue constante peligro para los centrales por su velocidad y su juego indescifrable.

Estaba todo armado para la fiesta cuyana, Lanus practicamente no lo inquietaba, pero el fútbol tiene esas cosas raras, impensadas, ilógicas.

En el descuento, Faccioli empató de cabeza. Obviamente, los de Quiroz salieron a retomar el triunfo, y en la contra, Sand de zurda venció la resistencia de Medran.

Quinta derrota consecutiva de San Martín, instalado en el descenso directo. El grana, después de todos los golpes, vio la luz, y espera clasificar a la Sudamericana