Realidad escondida o Gran futuro?
A vísperas de lo que será la final de Fútbol Masculino entre Argentina y Nigeria, vale hacer un análisis del “por que” llegan a instancias finales equipos subdesarrollados, de tercer mundo, como el caso de nuestras selección, Brasil, Camerún, Costa de Marfil y Nigeria.
Inclusive, haciendo algo de memoria, esto ya viene pasando en olimpiadas anteriores. En el año 1996 se repitió la final de esta edición, en los juegos de Sydney el campeón fue Camerún con un tercer puesto muy destacable de Chile. Mientras que en las ultimas olimpiadas, dos países sudamericanos fueron responsables de la final.
Pero esto no es una vana casualidad. Sucede que las economías poderosas de Europa quintuplican como mínimo lo que pude ser el estándar monetario de una liga de Sudamérica o África. Por lo tanto, esto infiere para que los futbolistas tercer mundistas estimulen sus ansias de progresar y en la mayoría de los casos resguardar definitivamente la vida económica de sus familias.
De tal manera que los procesos de formación de juveniles suelen acelerarse, ya que las urgencias de los clubes obligan en muchos casos a la imperiosa necesidad de vender. Y más, si las ofertas del mercado europeo superan con comodidad lo que se necesita en Sudamérica para mantener una institución.
Esta sensación de dependencia con los centros financieros futbolísticos más poderosos, nos ubica en una condición de subordinación.
Los Messi, los Agüero, los Pareja y los Mascherano nacieron y tuvieron que madurar rapidito, a las apuradas porque el fútbol mundial, aquel situado en España, Italia e Inglaterra nos impone lo que debemos hacer. Y una propuesta escasa en algún país Anglosajón, por ejemplo, es para nuestras Ligas empobrecidas un tesoro muy valioso.
Por eso, en un aspecto está bueno que nuestra Selección arribe en torneos “Sub’s” a instancias finales. Quiere decir, en un punto, que hay talento y potrero asegurado, y un futuro prometedor. Pero también esconde una realidad a la que no podemos escapar, y es la de la total esclavitud con respecto al Fútbol Europeo Central.