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El sueño de David en el Abierto de Australia acabó rápido. El Asiático Lu le puso freno en la segunda ronda jugando de manera formidable.

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El unquillense, sin jugar del todo mal, sucumbió ante un rival que explotó al 200 % sus virtudes: sacó de manera brillante, le funcionó a la perfección el revés cruzado, y acertó reiteradamente en los winners de drive. En este contexto, Nalbandian solo se sintió tranquilo a partir de los games con su servicio, pero estuvo deficiente a la hora de devolver, ya que nunca pudo descifrarle y anticipar el saque de su oponente.

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El argentino dispuso de una inmejorable chance cuando se encontraba 2 sets a 1, y chance de quebrar en el comienzo del cuarto parcial, pero Lu se recompuso y sacó adelante ese juego.
Increíblemente, cuando el match entraba en su etapa más tensa, el nacido en Taiwán se soltó más de la cuenta, y para el descontento de David, metió casi todo.

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Tiró y tiró hasta el cansancio ante un Nalbandian totalmente anonadado por lo que imponía su rival.

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Esa cuarta manga se la llevó Lu, alargando el cotejo a un quinto y definitivo set.
Y allí, nuevamente floreció la desenvoltura del asiático. Dominó con velocidad los duelos de drive, y soportó con extraña jerarquía los embates del argentino.

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Así, el cordobés se despide del primer Gran Slam del año. Otro argentino más que queda en el camino.

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Otro que cayó sin atenuantes fue Dabul. Poco y nada hizo ante el checo Berdych. El lungo tenista europeo lo despachó en tres sets, muy cómodo.

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La alegría de la jornada la estableció Juan Martín del Potro ya que derrotó a Mayer, un rival que años anteriores lo había humillado venciéndolo 6-1 y 6-0. Lo cierto es que ayer el argentino se tomó revancha y vengó aquella dolorosa caída. Su rival en tercera ronda será el peligroso Muller, que acostumbra a realizar saque y red.