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Practicamente ideal para el prode estos adelantos. Los que venían con buen juego, repitieron tal virtud; y los que naufragaban en la mediocridad, continúan en la depresión.

El lobo volvió a triunfar de local, y ahogó la efímera levantada del diablo. Parece que a Gimnasia le alcanza con algún tanto para ganar en confianza y cerrar el partido en defensa.

Banfield es otro de los que no quiere resignar buen fútbol. Con Bertolo, Ervitti, Fernandez y el aporte de Silva y Pío, más la entrada de Raymonda y James Rodriguez, el taladro se vuelve un conjunto de pie preciso, y peligroso para cualquier fondo. Si bien le costó destrabar el cero en el arco de Broun, nunca perdió la tranquilidad, y disputó un segundo tiempo placentero.

Quizás lo más llamativo fue la abultada diferencia que existió en el match de Liniers, donde el fortín aplastó al tomba. En realidad el semejante 4 a 0 puede explicarse por una racha letal. Poco había pasado en el Amalfitani hasta que Lopez abrió la cuenta, y un rato más tarde estiró Moralez en dos oportunidades. Los dirigidos por Cocca sintieron el simbronazo y se vuelven a Mendoza con la impresión de haber reflejado varios errores del partido contra Banfield.

El encuentro que más espectativas generaba era el de los rojinegros de Santa Fé. Leprosos y sabaleros chocaban con el afán de escalar a la cima. Y para la felicidad de los que pelean detrás, la cosa terminó igualada. Sin dudas que Colon se fue con una sonrisa porque había mostrado un escaso nivel futbolistico. Con Capurro sancionado, las bandas clausuradas por Pillud y Quiroga, y con un Esteban Fuertes más preocupado por protestar que por jugar, el trámite se desniveló a favor de los rosarinos. Pero los de Mohamed no dan ningún partido por perdido, y tal como sucediese en el Monumental, un preciso remate (en esta ocasión de Rivarola) le dio el agónico empate.

Hablando de equipos que remontan sobre la hora, uno de ellos es San Martín. En la Ciudadé, sacó un valioso punto ante el necesitado Tigre (la fecha pasada fue ante el bicho). Los gritos de Luna adelantaban al matador tras el gol incial de Perugini. Sin embargo, las lineas del equipo de Zona Norte retrocedieron, y el ciruja se afianzó en el terreno, Y luego de dilapidar algunas chances, Quinteros la mandó a guardar.

Al cierre de la jornada, Argentinos también logró empardar sobre el final. Esos minutos finales toman mayor trascendencia en estos tiempos. Así, Claudio Vivas pudo desquitarse, y opacó el debut de Carusso Lombardi en la banca racinguista. Pavlovich, el verdugo.

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