El rosarino, pese a las críticas que recibió por gran parte de la prensa, supo doblegar ese endémico prejuicio a fuerza de trabajo, consistencia, coherencia, humildad, sacrificio y tenacidad. Sus ideas calaron hondo en los jugadores y en el hincha chileno, acostumbrado a ver como la selección trasandina se conformaba usualmente con empates o derrotas dignas.
Bajo su conducción explotaron varios jugadores y otros aumentaron considerablemente su nivel, hasta el punto de animarse a vencer al poderoso Brasil como visitante. Así se fue Marcelo Bielsa, ídolo y humano al mismo tiempo.
Una excepción dentro del mediocre ámbito futbolístico. Aquí, un breve repaso, a modo de legado y rendimiento.