Nadie hubiera imaginado que el partido no se cerrara hasta el ultimo minuto, pues Boca había sacado una gran ventaja como visita en el partido de ida (3-1). Y mas cuando Palacio se juntó con Viattri para poner el 1 a 0. Pero el celeste y rojo encontró el empate tan buscado, y no mucho mas tarde halló el segundo. Final con suspenso, pero Boca campeón.
Caranta haciendo tiempo para sacar. Esa es la imagen que nuclea mejor lo que fue el desconcierto de Boca.
El xeneize sobró el primer tiempo, y casi todo el segundo, y el Arse con mucho huevo se lo llevó por delante, a fuerza de nombres poco rutilantes pero con alma de equipo, de solidaridad. Por eso, claramente mereció pasar de fase.
En frente, su rival jugó con 10 jugadores practicamente por la ausencia tácita de Riquelme, que se dedicó a a fallar disparos sencillos por encima del travesaño. El 10 perdió muchas pelotas en el mediocampo, y pasó desapercibido cuando el equipo estaba a punto de sucumbir.
Los de Sarandí sabían que tarde o temprano la utopía de golear en la Bombonera se iba terminar. Pero como toda utopía, esta nos ayuda a caminar, a mejorar, a proponerse superación y tratar de conseguir un objetivo.
La utopía fue rota cuando el arbitro desparramó tarjetas para los del Viaducto. Parecía que Boca por contrato tenía que ganar la Recopa, pues cuando se venía el agua para el local, dos expulsiones alejaron al cuadro del Dany Garnero de dar el batacazo.
Palacio abrió la cuenta, lo dieron vuelta en el complemento Carrera y Motes, y sobre la hora Campestrini en contra cerró el 2 a 2.
Grande Arsenal, dando muestra de coraje, y casi casi se lleva la gloria, lástima las expulsiones.