Cero grande
En un partido muy flojo y aburrido, el santo tucumano no pudo vencer a la solidez del bicho, que de esta forma culmina una semana casi perfecta, llena de éxitos. Por el cansancio lógico, Argentinos salió a cuidar su arco, y a intentar alguna contra, que en pocas dosis llegó. El ciruja tuvo mas oportunidades de gol, pero todas muy confusas. Por eso, el empate cayó redondo en la noche tucumana
Lobo está
Y una vez Russo ganó en el Nuevo Gasómetro. Encontró primero el gol tan ansiado, y pudo controlar a una desconocido Estudiantes. Ledesma, el lobo, adelantó al santo, y nuevamente a remarla pincha. Corriendo detrás del marcador el león se sintió muy incomodo, y a cuentagotas llegó con claridad a la valla de Orión. Promediando el complemento, Romeo liquidó el pleito aprovechando un largo rebote de Andujar. La defensa del pincha nunca dio garantías, y sin Veron el mediocampo no es lo mismo. Cerró la cuenta Menseguez, cuando ya estaba todo dicho.
Vamos vamos los pibes
Sin Palacio,
Riquelme y
Datolo, Boca se medía como local ante el siempre difícil
Lanus, ahora de
Zubeldia. Lejos de
arrinconarse en su campo, el grana trató de evidenciar los desacoples defensivos del equipo de
Ischia. Y vaya si lo logró.
Sand puso el primero, y dispuso de alguna que otra insinuación para aumentar, pero Boca no te perdona, y cuando llegó al arco de
Bossio no perdonó: el colombiano Vargas desde la
medialuna igualó los trámites.Y a partir de allí, los del Sur se retrasaron peligrosamente, sin encontrar el balón., aunque el
xeneize no profundizaba. Encima, su torre
Palermo se había ido lesionado (tendrá para 6 meses).
Todo era muy confuso, nadie podía avecinar lo que pasaría, ya que el local apostaba con multitud de pibes, en frente de un rival que a pesar de su juventud se conoce a la perfección.
Y un pibe, Chávez, cambió el partido. Puso el 2 a 1, y se cerró el partido. El granate se durmió y Boca lo manejó a su merced, tranquilo y esperando el pitazo final.Descuido letal
Caliente clásico de Avellaneda, con un final de película.
Todo arrancó con el manejo y las situaciones de
Racing, pero nada se reflejaba en la red.
Luguercio se lo perdía dos veces con el arco vacío increíblemente.
Borghi, que había incluido a 4 jugadores netamente ofensivos como
Montenegro,
Higuain,
Núñez y
Gandin, no le encontraba la vuelta al pelotón de
mediocampistas dispuestos por
Llop.
Montenegro encontró sobre el cierre de la primera etapa el respiro para el diablo. 1 a 0. Con menos ideas, y más desesperación la academia atacaba a la defensa roja, hasta que sobre el final consiguió el premio.
Sosa, el de los goles importantes, puso el empate desahogando y haciendo llorar y delirar a medio Cilindro,
mufado por el mal presente.
Inclusive en ese ratito que quedaba para el final, los de
Llop tuvieron un par de pelotas paradas, pero la gran figura de
Gioda despejó el peligro. Empate, pero fiesta para
Racing.