A días de un choque importante entre Boca y Gimnasia, nos proponemos recordar un hecho no muy lejano, y lamentable.
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Las imágenes, aquellas tapas de Olé que hoy exhibimos serán ilustrativos de lo que sobrevino en ese apertura 2006. La pelota se manchó, el equipo de Troglio salió condicionado a la cancha. Disputaba un encuentro que lo ganaba 1 a 0, y finalizó con el score 1-4.
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El xeneize gritó silenciosamente los goles, como presumiendo que algo raro acontecía en el sentir de los jugadores triperos. Y no estaban equivocados. La barrabrava había amenazado de muerte a sus propios jugadores, y el presidente Muñoz estaba metido en el medio. Nadie amparó a los futbolistas, la relación se quebró. Muchos se desvincularon del club platense, uno de ellos Ariel Franco (tapa).
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Fue el principio de la decadencia gimnasista, que hoy se propaga reflejándose en los promedios.