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El triunfo de Argentinos dejó mucha tela para cortar, así lo analizaron Argentinos Pasión y el Diario Hoy:

Visión Pincha

No fue la mejor tarde para Estudiantes. La imagen de sus jugadores enfurecidos contra el árbitro y compañía resumió lo que fue el partido: un dolor de cabeza. El Pincha jugó mal, entró en la telaraña que le tendió Argentinos y por eso perdió 1-0, resultado que le quitó un invicto de 10 fechas y que le puso un signo de interrogación a su liderazgo en el Apertura.
Repetimos: no fue la mejor tarde para Estudiantes. A los 4 minutos se lesionó su arquero Damián Albil, a los 15’ el Uno dejó la cancha, a los 16’ debutó un chico que ni siquiera iba a ir al banco y a los 27’ recibió un gol porque la defensa se equivocó al tirar el offside. Luego de eso, el equipo de Alejandro Sabella no se recuperó más, porque tampoco pudo apelar a su amor propio para torcer una historia que pareció escrita de antemano.

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Visión Bicha

Con 15 puntos acumulados en 7 fechas (los mismos que habíamos hecho en todo el torneo anterior) y aún sin cosechar derrotas, la campaña ilusiona; pero ilusiona más todavía por el juego contundente que muestra y por las ideas claras y precisas, la unidad del equipo, el estado físico y los niveles superlativos de jugadores como Hauche, Mercier y Ortigoza. A fuerza de alejar el fantasma del descenso, se abre la luz de esperanza por alcanzar los primeros puestos. Y, a juzgar por lo que se ve en la cancha, no suena a descabellado soñar con emular campañas como la del Huracán de Cappa o el Lanús de Cabrero y Zubeldía. El equipo funciona como un reloj, es una estructura organizada, y los resultados son consecuencia directa del juego, casi como un desprendimiento inevitable del desarrollo del partido