David Nalbandian, representante de la burguesía nacional en el Deporte

Hace unos pocos días me topé con una gran nota del diario El Argentino donde se traza una singular analogía entre el cordobés David Nalbandian y el modelo económico capitalista nacional (expresado en su máxima dimensión con Perón). A continuación, los mejores extractos, no tiene desperdicio:








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La Selección Política


Julio Cobos: El vicepresidente (anti-presidente) ataja críticas de todos los frentes. Su popularidad solo puede entenderse por una construcción mediática, aunque su semejanza Delaruista le juega francamente en contra. Es candidato fijo para el mundial político del 2011.

Mauricio Macri: Un defensor central áspero, duro, conservador. Se desempeña por el sector derecho, cada vez más pegado al lateral. La pésima gestión en la Ciudad de Buenos Aires desgastó su imagen. Sin embargo, al abarcar muchas horas en pantalla, es pieza puesta para ganar la presidencia.

Martín Sabatella: El osito panda progresista, intenta proyectarse por el sector Izquierdo. Aún no despega lo suficientemente como para estar en seria consideración, pero constituye indudablemente una de las figuras más paradigmáticas de la alternativa de centro-izquierda.

Carlos Reutemann: Al igual que Cobos, es difícil de explicar su masificación en el público. Sus antecedentes no son buenos (pobre Gobierno en Santa Fé, casos de corrupción, amistad con Menem) pero increíblemente se perfila (siempre por el carril de la Derecha) favorablemente en la intención de voto. Se trata de un 4 rústico, bravucón y con poco sentido de la elegancia.

Hermes Binner: Un volante central elegante, armonioso, equilibrado, alejado de los extremos. Con su habitual tranquilidad, silenciosamente busca meterse en los primeros planos representando al Socialismo. Un 5 con distribución y temple.

Néstor Kirchner: El zaguero de una defensa desequilibrada. Su compañero de la zaga es Macri con el que no se lleva para nada bien. Tiene una basta experiencia aunque eso le juega en contra: la gente no le perdona los errores del pasado. Últimamente, dada la inoperancia opositora, creció en las encuestas.

Felipe Sola: Un hábil delantero que se mueve del centro a la derecha. Es hábil declarando y suele desenvolverse por todo el frente de ataque. Actualmente subió en las encuestas. Un tipo híper-contradictorio, no resiste ningún tipo de archivo.

Elisa Carrió: Volante por derecha con mucha potencia. Eterna sub-campeona y opositora. Habla y asusta exageradamente frente a las cámaras, pero adentro de la cancha exhibe su nula capacidad de gestión y construcción de juego. Egoísta y personalista con poca noción de ejercicio colectivo.

Francisco De Narváez: Un delantero goleador que aprovecha cualquier ocasión para acrecentar su afición. Multimillonario. Se dedico a los negocios privados y ahora cae en el barro público. Su equipo de trabajo asusta (hay duhaldistas, menemistas, etc) pero aparentemente eso hoy no importa. Luce moderno, pro, fashion y eso le rinde. Con dos frases imbéciles (Tengo un plan y alica-alicate) ya ganó una lección. Lo bueno: nació en Colombia y no podría presentarse para Presidente.

Ricardo Alfonsín: Enganche moderado, precavido, con portación de Apellido. El hecho de ser hijo del ex Presidente Raúl Alfonsín y de mantener una concepción general progresista, socialdemócrata, lo favorece en su imagen.

Pino Solanas: Un Volante con proyección profunda por izquierda. Es la gran alternativa progresista y comparte varios temas con Stolbizer. Si logra conquistar el devaluado voto Kirchnerista, quizás meta un batacazo histórico para el país. Sin embargo, su apego reciente a los sectores de derecha, le quita coherencia y apoyó de una parte de la clase media.


Banco de Suplentes:

Aguardando un lugar protagónico, se encuentran:

Margarita Stolbizer, una militante creíble y que inspira confianza;

Carlos Raimundi, un opositor constructivo, con sentido de la realidad y consciente del momento histórico que vivimos;

Claudio Lozano, un tipo sano que lamentablemente muchas veces llega a puntos de acuerdos con Melconian;

Daniel Scioli, una de las contradicciones del kirchnerismo;

Fernando Iglesias, el sabelotodo “progresista”, amante de las frases explosivas.

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Fraga Menendez, los medios y la oposición


La opinión de Fernando Braga Menéndez, publicista de Néstor Kirchner, siempre nos resulta interesante. En esta ocasión, les mostramos un fragmento de la nota que escribió para el diario El Argentino sobre la situación de la prensa actualmente:

De la influencia de los medios en política hay un ejemplo demoledor que dio Noam Chomsky, el lingüista más reconocido del mundo. Al inicio de la Primera Guerra Mundial, en 1914, los Estados Unidos no estaban interesado en ir a un conflicto que consideraban ajeno, pero el presidente Thomas Wilson creó una comisión con el objetivo de “enfurecer” a la ciudadanía, básicamente desde la prensa. ¿El resultado?: a los pocos meses los norteamericanos querían cruzar el océano para comerse crudos a los europeos.
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En las sociedades actuales, con audiencias masivas, es muy fuerte la influencia de los medios. En especial, es un poder para “irritar”, no con cuestiones conceptuales, sino con cosas simples, de fácil comprensión, como las supuestas “demoras” de Cristina Fernández para sacarse una foto en una cumbre. Habría que recordar que así como existe la libertad de expresión también está la obligación de informar con objetividad. Y es obvia la tendenciosidad que tienen algunos diarios, hasta en sus humoristas gráficos.
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Por otro parte, en este escenario no se beneficia nadie, ni siquiera la oposición. De seguirse así, volverá el “que se vayan todos” y el desprestigio absoluto de la clase política. Pierden todos. El país, primero que nadie.



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¿Que les pasó?

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A una semana del Superclásico argentino, nos reformulamos la pregunta que Ernesto Tenembaum sugirió recientemente en el título de su libro sobre el Kirchnerismo: ¿Que les pasó?.

Boca y River atraviesan momentos de plena crisis futbolística, con equipos sin identidad, sin convicciones, ni seguridades en torno al funcionamiento.


Alves llega con la soga al cuello; nunca supo encontrarle la vuelta a un plantel riquísimo desde lo individual pero escaso e impotente en las ideas colectivas. La defensa de ayer del xeneize remite a una línea de seleccionado (Medel en Chile, Morel Rodríguez en Paraguay y Luciano Monzón en Argentina), sin embargo los goles rivales arriban casi con liviandad, con naturalidad.

Así, Boca se acerca a los peldaños más bajos de la tabla, repitiendo las pésimas actuaciones del año pasado. Ischia fue el último técnico en depositar al cuadro de la Ribera en el máximo esplendor. Entre Mouche y Noir se turnaron para olvidar al formidable Palacio, mientras que Viatri surgía favorablemente tras una dura lesión de Palermo. La prometedora cantera y el campeonato obtenido hicieron entusiasmar exageradamente a los hinchas. Pero no. Arrancaba la Copa y un mortífero cachetazo en Octavos frente al modesto Defensor Sporting.

Se iba Ischia al término del Clausura, volvía Basile para afrontar el Apertura. Dicen que los segundos ciclos siempre son negativos, y vaya que acierto en esa premisa. El coco optó por los jugadores experimentados, un plantel lujoso con los regresos de Monzón e Insua, por ejemplo. Una merecida derrota ante el Atlético tucumano y la pronta eliminación de la sudamericana, condicionaron rápidamente el futuro del entrenador. Un inexpresivo décimo lugar en ese Apertura y un verano patético que incluyó goleadas adversas ante Estudiantes y River, terminaron por demoler las expectativas de Alfio.

Lo del millonario ya es casi costumbre. Solo Astrada en su primer ciclo supo darle entidad de equipo grande al club de Núñez. Desfilaron con más pena que gloria, Reinarlo Merlo, Daniel Passarella, Gabriel Rodríguez y Néstor Gorosito. Apenas Simeone consiguió resucitarlo, aunque temporalmente.

La gestión turbulenta de Aguilar, la delicada situación económica y el frágil promedio que ostenta en el presente, son problemas difíciles de superar. En el campo, ya nadie le teme, cualquiera se le anima. El monumental pasó a ser un reducto endeble, donde todos especulan y juegan con la presión que se ejerce desde las tribunas.

Alves lidia con un plantel para nada despreciable, en tanto que Astrada intenta captar y absorber el jugo de un equipo que no abunda en nombres rutilantes. Todo mal, y cada vez peor.


Imágenes del ocaso












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