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Evo Morales arrasó en Bolivia. Indiscutida victoria que nos alegra porque, más allá de los errores que pueda tener el mandamás del altiplano, representa los intereses del pueblo, sumergido en un pensamiento socialista y nacionalista. Ramón Indart, dueño del Blog 2papiros y que trabaja desde hace poco en Perfil, entrevistó a Martin Sivak (autor del libro "El jefazo") que analizó la holgada victoria de Evo y el rol de la oposición política y mediática. Este es un extracto de la nota:
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"Es indudable que la condición de Morales de primer presidente indígena tiene un notable impacto. Pero ese cambio de tiempo no se limita a la presencia en el gobierno de campesinos e indígenas. Ni tampoco al efectivo slogan “Somos todos presidentes”. En el horizonte de esos sectores aparecieron nuevas aspiraciones: la posibilidad de vivir bien y ocupar lugares antes impensados.Entre los elementos concretos que explican su popularidad hay que mencionar los programas sociales destinados a los niños y ancianos (bonos Juancito Pinto y Renta Dignidad). El plan de alfabetización tuvo un éxito significativo en un país con altos índices de analfabetismo. También el buen rendimiento de la economía. Bolivia será el país sudamericano que más crecerá este año. Durante los años de la administración de Morales, las reservas del Banco Central aumentaron, el peso se valorizó frente al dólar y la inflación estuvo controlada. En un país con una experiencia traumática de hiperinflación, la certidumbre y confianza es clave para entender el apoyo entre los sectores bajos y medios.
Además, Morales ha conseguido instalar la idea de una nueva soberanía frente a Washington. Así fortalece la vena nacionalista de su programa de gobierno. En el más antinorteamericano de los países de Sudamérica, la nueva relación con los Estados Unidos es muy popular."
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Los diarios opositores al gobierno remarcaron el peligro de un Estado totalitario en el futuro