Goles se buscan en Liniers


Hace un par de días hablábamos de la sequía ofensiva de Huracán, lo mismo le sucede al taladro que nunca pudo suplir los goles de Cvitanich y la temprana lesión de Raymonda.
Sin embargo, el caso más emblemático circunda en Liniers. El Velez de Tocalli (no continuara) no encontró siquiera un delantero minimamente confiable en la red contraria.
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Arrancaron Santiago Silva y Rodrigo López, pero defraudaron enormemente. El pelado prácticamente no tuvo oportunidades. Encima, su mal momento coincidió con el inicio paupérrimo del fortín. López, por su parte, no plasmó en la cancha los pergaminos goleadores que traía consigo del exterior, donde lo vimos brillar en Libertad de Paraguay.
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Entonces, Tocalli debió acudir a la gente de menos renombre. Allí aparecieron Juan Manuel Martínez y Cristaldo. El “burrito” tuvo un buen desempeño, abriendo con buena velocidad la zona externa, pero no pudo apagar la carencia de gol. Cristaldo marcó, aunque no lo suficiente como para llevar a Vélez a la cima del certamen.
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El quinto delantero en acción fue Roberto Nanni, que conoce a la perfección lo que es convertir en los arcos de Villa Luro. Pese a su pasado, las anotaciones le fueron esquivas, y apenas debió conformarse con un tiro en el poste ante los jujeños.
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En este contexto, los refuerzos para el próximo semestre apuntan a la zona de la verdad, la delantera. La idea de los dirigentes es traer un solo atacante, y no escatimaran dinero para ello.
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Así surgieron dos nombres interesantes, que actualmente se alistan en clubes de Europa.
Por un lado suena Darío Cvitanich, ex delantero de Banfield. Fue el último goleador del fútbol argentino, lo que le permitió emigrar a Holanda, para defender la casaca del Ajax. Allí, Darío nunca encontró regularidad por lo que le sería tentativa la idea de retornar al país. Antes de Vélez, Cvita había sido rastreado por Boca (finalmente llegó Figueroa) y por Banfield (no hubo acuerdo económico).
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La otra incorporación que desean en Liniers es la de Mariano Pavone, hoy en el Betis. El potente delantero también fue goleador de nuestro campeonato, y se dio el lujo de ser campeón en el club platense.
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Técnicamente son diferentes. El “tanque” (como bien lo indica su mote) es muy fuerte físicamente, y es prácticamente imposible robarle el balón cuando la aguanta de espaldas. Su remate es inapelable, por lo que es una constante de peligro para los defensas rivales.
Darío, “el puma de Baradero”, es un futbolista mucho más veloz, y cuenta con un arranque más punzante y desequilibrante que Mariano. A pesar de no tener gran envergadura física, cabecea con facilidad en la valla ajena.
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Estas son las propuestas del fortín. ¿Nada mal no?

 

1 comentarios:

  1. Anónimo said,

    can u leave ur phone number to me???

    on 5 de enero de 2009, 21:40